Lustre para el gran festival flamenco

Francisco de Goya entra a formar parte de la pinacoteca de la Fundación del Cante de las Minas con la reproducción del grabado ‘El vito’ que ha servido para crear la imagen oficial que se verá en todo el mundo del LIX Festival Internacional del Cante de Las Minas de La Unión.

  • ‘la-union-ciudad-del-cante-y-minera.es’ ofrece a los lectores el amplio reportaje del acto de presentación del cartel que tuvo lugar en la Asamblea Regional y que está alojado en su sección ‘Festival Internacional del Cante de las Minas 2019’: pinchar aquí
http://www.youtube.com/watch?v=70N1wW9uNw4

El grabado de Francisco de Goya y Lucientes ha sido cedido por el Museo Lázaro Galdiano a la Fundación del Cante de las Minas para realizar el cartel que ha sido presentado en la Asamblea Regional por su presidenta, Rosa Peñalver: el alcalde de La Unión, Pedro López Milán; y la conservadora jefe del Museo Lázaro Galdiano, Carmen Espinosa Martín.



El presidente de la Fundación, Pedro López Milán, ha agradecido la asistencia a la presentación del cartel anunciador ya que supone “el pistoletazo de salida” para la LIX edición del Festival Internacional del Cante de las Minas, que tendrá lugar del 31 de julio al 10 de agosto. Además, se ha mostrado emocionado por que una obra de un artista universal como Francisco de Goya sea la imagen de nuestro festival, y que bien refleja las raíces flamencas mas profundas del arte del flamenco, un arte también universal. El presidente de la Fundación Cante de las Minas ha invitado a todos los ciudadanos para que disfruten del festival; de sus galas flamencas, de las actividades de su agenda cultural y de las actuaciones que se celebran en la calle durante cada jornada.



Rosa Peñalver, por su parte, ha agradecido a la Fundanción Cante de las Minas que durante los cuatro años de la IX Legislatura hayan escogido la Cámara autonómica para dar el pistoletazo de salida al Festival Internacional. "Que hayan sentido este Patio de las Comarcas como suyo y nos hayan hecho partícipes de los 59 años de historia del más internacional de nuestros festivales flamencos solo nos puede hacer sentir orgullosos porque hemos conseguido el difícil reto de abrir la Asamblea  a la ciudadanía, a sus inquietudes y sensibilidades, y de poner los espacios públicos al servicio de la cultura y nuestras tradiciones, que nos hacen más humanos y contribuyen al desarrollo social".



El cartel muestra la obra de Goya donde se representa un baile andaluz conocido con el nombre que da título a la estampa, El vito, con una composición muy apretada y dinámica de forma circular, en cuyo centro aparece una mujer joven que baila contoneándose ante un corro de espectadores que la jalean con sus palmas. Además, se ha incluido una tipografía manuscrita “a sangre” para reforzar la imagen de fiesta y alegría, evocando a la innovación en el mundo del flamenco y del festival, y que representa a nuestra Sierra Minera con un color basado en los óxidos de los restos de la minería de la zona, tal y como explicó a los asistentes Carmen Espinosa Martín, Conservadora jefe del Museo Lázaro Galdiano. La colección de obra gráfica de Goya del Museo Lázaro, casi un millar, es una de las más importantes junto a la de la Biblioteca Nacional de España y Calcografía Nacional.



Tras descubrir la obra, se ha celebrado un recital flamenco a cargo de la cantaora sevillana María José Carrasco, Lámpara Minera 2018 acompañada a la guitarra por el unionense Antonio Muñoz Fernández, premio Bordón Minero 1989 y guitarrista oficial del Festival.



 

FRANCISCO DE GOYA Y LUCIENTES
(Fuendetodos, España; 30 de marzo de 1746-Burdeos, Francia; 16 de abril de 1828) fue un pintor y grabadorespañol. Su obra abarca la pintura de caballete y mural, el grabado y el dibujo. Su estilo evolucionó desde el rococó, pasando por el neoclasicismo, hasta el prerromanticismo, siempre interpretados de una forma personal y original, y siempre con un rasgo subyacente de naturalismo, del reflejo de la realidad sin una visión idealista que la edulcore ni desvirtúe, donde es igualmente importante el mensaje ético. Para Goya la pintura es un vehículo de instrucción moral, no un simple objeto estético. Sus referentes más contemporáneos fueron Giambattista Tiepolo y Anton Raphael Mengs, aunque también recibió la influencia de Diego Velázquez y Rembrandt. El arte goyesco supone uno de los puntos de inflexión que entre los siglos xviii y xixanuncian la pintura contemporánea y es precursor de algunas de las vanguardias pictóricas del siglo xx, especialmente el expresionismo; por todo ello, se le considera uno de los artistas españoles más relevantes y uno de los grandes maestros de la historia del arte mundial.

Además, su obra refleja el convulso periodo histórico en que vive, particularmente la guerra de la Independencia, de la que la serie de estampas de los desastres de la guerra es casi un reportaje moderno de las atrocidades cometidas y compone una visión exenta de heroísmo donde las víctimas son siempre los individuos de cualquier clase y condición.

Gran popularidad tiene su Maja desnuda, en parte favorecida por la polémica generada en torno a la identidad de la bella retratada. De comienzos del siglo XIX datan también otros retratos que emprenden el camino hacia el nuevo arte burgués. Al final del conflicto hispano-francés pintó dos grandes cuadros a propósito de los sucesos del levantamiento del Dos de Mayo de 1808, que sentaron un precedente tanto estético como temático para el cuadro de historia, que no solo comenta sucesos próximos a la realidad que vive el artista, sino que alcanza un mensaje universal. Entre otros trabajos suyos, su obra culminante abarca los Disparates, al igual que la serie de pinturas al óleo sobre el muro seco, las Pinturas negras, con que decoró su casa de campo, la Quinta del Sordo. En ellas Goya anticipó la pintura contemporánea y los variados movimientos de vanguardia que marcarían el siglo xx y son, según J. M. Matilla, jefe de Conservación de Dibujos y Estampas del Museo Nacional del Prado, «las primeras manifestaciones del carácter verdaderamente moderno de Goya, al que no debemos dudar en calificar de primer artista moderno».

La obra de Goya incluye unos quinientos óleos y pinturas murales, además de cerca de trescientos aguafuertes y litografías y centenares de dibujos. La mayoría se conserva en el madrileño Museo del Prado, aunque también hay un buen número de obras en Francia, especialmente en el Museo del Louvre, así como en los de Agen, Bayona, Besançon, Castres, Lille y Estrasburgo.

Tras un lento aprendizaje en su tierra natal, en el ámbito estilístico del Barroco tardío y las estampas devotas, viajó a Italia en 1770, donde trabó contacto con el incipiente neoclasicismo, que adoptó cuando marchó a Madrid a mediados de esa década, junto con un pintoresquismo costumbrista rococó derivado de su nuevo trabajo como pintor de cartones para los tapices de la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara. El magisterio en esta actividad y en otras relacionadas con la pintura de corte lo imponía en aquella época Anton Raphael Mengs, mientras que el pintor español más reputado era Francisco Bayeu, que fue cuñado de Goya.

Una grave enfermedad que le aquejó en 1793 le llevó a acercarse a una pintura más creativa y original, que expresaba temáticas menos amables que los modelos que había pintado para la decoración de los palacios reales. Una serie de cuadritos en hojalata realizada durante su convalecencia a los que él mismo denominaba de «capricho e invención», inician la fase madura de la obra del artista y la transición hacia la estética romántica.

EL MUSEO LÁZARO GALDIANO
El Museo Lázaro Galdiano, abierto al público desde 1951, es el testimonio de un modo de vida y de una época, se encuentra en la que fue una de las residencias privadas más suntuosas del Madrid de las primeras décadas del siglo XX. Su visita ofrece una experiencia única, desde el jardín que rodea el Museo, y que nos da la bienvenida, hasta el ascensor de época que nos conduce a los elaborados salones que mantienen la decoración y los elementos arquitectónicos originales. Un pequeño viaje en el tiempo en el que descubrir el gusto de José Lázaro Galdiano y su familia, que atesoraron entre las paredes de su palacio casi 13.000 obras de arte, una de las colecciones privadas más importantes del momento.

Las magníficas colecciones de pintura, escultura, joyas, abanicos, marfiles, tejidos, numismática, armas, miniaturas, vidrios o cerámicas, son una ventana abierta a la personalidad de José Lázaro, a sus inquietudes y su pasión desmesurada por las artes. Todo un conjunto de piezas excepcionales que permiten al visitante adentrarse en el mundo de la creación artística, desde la Antigüedad hasta los principios del siglo XX, disfrutando de algunos de los grandes maestros de la Historia del arte como El Bosco, El Greco, Cranach, Velázquez, Murillo, Reynolds, Constable o Goya.

LA FUNDACIÓN LÁZARO GALDIANO
La Fundación Lázaro Galdiano surge de la generosa donación al Estado Español de todos los bienes del ilustre coleccionista aceptada el 22 de diciembre de 1947. El legado estaba formado por 13000 obras de arte, el palacio que las albergaba, la sede de su editorial, La España Moderna, y una biblioteca con 20000 volúmenes.
Poco después se instituyó una Comisión que se hizo cargo de la administración de la herencia así como de proponer la constitución de una fundación como forma más adecuada para gestionar el importante caudal heredado.

Instituida como "Fundación benéfico docente de carácter público, con plena autonomía y personalidad jurídica propia e independiente", la Fundación fue creada por Ley de 17 de julio de 1948 "para atender a la perfecta conservación y máximo rendimiento cultural de las colecciones reunidas por don José Lázaro, perpetuar su nombre y continuar, sin limitación de tiempo, la meritoria tarea a la cual consagró su constante y provechosa actividad". La dirección de la Fundación recayó en un Protectorado, constituido el 16 de marzo de 1949, presidido por el Jefe del Estado e integrado por los ministros de Asuntos Exteriores, Hacienda y Educación Nacional, así como por los directores de las Reales Academias de Bellas Artes de San Fernando y de la Historia y el presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Además de los fines propios para los que fue constituida, la Fundación decidió desde un principio destinar parte de sus recursos a la mejora, incremento y difusión del Patrimonio Artístico Español mediante la realización de obras de restauración en determinados conjuntos arquitectónicos (el Salón de los Califas de Madinat al-Zahrá, la ermita de San Baudelio de Berlanga en Soria, la Aljafería de Zaragoza o del Palacio Arzobispal de Santiago de Compostela), la concesión de becas de formación a estudiantes o licenciados, así como la edición, desde 1954, de la revista de arte "Goya". Como reconocimiento a estas labores, le fue concedida en 1958 la Medalla de Honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.


 

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