Bahía de Portman

                                   

La taxonomía de Bloom: La herramienta que necesitas para evaluar el aprendizaje

En el mundo de la educación, evaluar el aprendizaje de manera efectiva es fundamental para medir el progreso y asegurar que los objetivos se estén cumpliendo. Una de las herramientas más populares y utilizadas para este fin es la taxonomía de Bloom.


En la actualidad, la taxonomía de Bloom sigue siendo una referencia importante, especialmente en la era digital, donde su aplicación ha evolucionado. Según la información proporcionada por Euroinnova, esta herramienta sigue siendo fundamental para la evaluación del aprendizaje, aunque ahora se adapta a los nuevos entornos educativos y tecnologías. 

En este artículo, explicaremos en detalle en qué consiste la taxonomía de Bloom, sus diferentes niveles y cómo puede utilizarse en el aula.

¿Qué es la taxonomía de Bloom?

La taxonomía de Bloom es un marco que organiza los objetivos educativos en niveles jerárquicos de complejidad y especificidad. Está diseñada para ayudar a los docentes a planificar actividades de aprendizaje y evaluación que cubran una gama completa de habilidades cognitivas, desde las más básicas hasta las más avanzadas.

El modelo original de Bloom constaba de seis niveles que iban desde el conocimiento básico hasta la evaluación crítica. Estos niveles son los siguientes:

  1. Conocimiento: El nivel más básico, que implica recordar datos e información.
  2. Comprensión: Capacidad de entender el significado de la información.
  3. Aplicación: Utilización del conocimiento en situaciones nuevas.
  4. Análisis: Descomponer la información en partes más pequeñas para entender su estructura.
  5. Síntesis: Combinar elementos para formar una nueva estructura.
  6. Evaluación: Emitir juicios basados en criterios y estándares.

En 2001, la taxonomía fue revisada, y algunos de los niveles fueron modificados, siendo los más notables el cambio de “síntesis” por “crear” y la reordenación de algunos niveles.

Niveles de la taxonomía de Bloom

Los niveles de taxonomía de bloom son los siguientes:

Recordar

Este es el nivel más básico de la taxonomía de Bloom. Implica la capacidad de recordar información previamente aprendida, como hechos, términos o conceptos. En este nivel, los estudiantes suelen realizar actividades como listas, definiciones o la memorización de datos. Aunque es un nivel importante, no fomenta el pensamiento crítico ni la creatividad.

Comprender

En este nivel, los estudiantes deben demostrar que pueden entender la información que han memorizado. La comprensión implica interpretar, resumir y traducir información de manera que tenga sentido para el estudiante. A través de preguntas y respuestas o discusiones grupales, los docentes pueden evaluar si los alumnos realmente han entendido el contenido.

Aplicar

La aplicación se refiere al uso del conocimiento aprendido en nuevas situaciones. En este nivel, los estudiantes deben ser capaces de transferir lo que han aprendido a problemas o situaciones prácticas. Por ejemplo, un estudiante que ha aprendido sobre las leyes físicas aplicaría este conocimiento para resolver un problema de física en el mundo real.

Analizar

El análisis implica descomponer información compleja en partes más pequeñas para comprenderla mejor. Este nivel es fundamental para el pensamiento crítico, ya que los estudiantes deben identificar patrones, comparar elementos y reconocer las relaciones entre ellos. Las actividades de análisis pueden incluir la interpretación de gráficos, la resolución de problemas o la elaboración de esquemas.

Evaluar

Este nivel implica emitir juicios basados en criterios específicos. En esta fase, los estudiantes deben ser capaces de argumentar a favor o en contra de un concepto, utilizando evidencia o principios establecidos. La evaluación es una habilidad cognitiva avanzada que requiere la capacidad de analizar y valorar información desde diferentes perspectivas.

Crear

El nivel más alto de la taxonomía de Bloom revisada es la creación, que implica combinar elementos para formar un todo nuevo o proponer soluciones innovadoras. En este nivel, los estudiantes demuestran su capacidad para generar ideas originales, diseñar experimentos o escribir ensayos creativos. Este nivel es clave para desarrollar el pensamiento innovador en los alumnos.

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