La cuesta de septiembre: cómo afrontar los gastos
Llega septiembre y, con él, el vértigo financiero. Vuelta al cole, matrículas, libros, uniformes, transporte, actividades extraescolares, la compra mensual… y la cuenta corriente, tiritando tras las vacaciones. Es un clásico. Y aunque en muchos hogares ya se prepara el terreno en julio o agosto, hay veces en las que la planificación no alcanza. ¿Te suena?
En Cartagena, como en muchas otras ciudades españolas, septiembre se ha convertido en uno de los meses más duros para el bolsillo. Pero, ¿es buena idea recurrir a un préstamo personal para sobrellevarlo? ¿Y cómo hacerlo sin comprometer tu estabilidad económica? Vamos al grano.
Cuando el calendario aprieta
Podríamos decir que septiembre es una especie de “enero camuflado”, pero sin paga extra.
La vuelta a la rutina trae consigo un aluvión de gastos concentrados en pocos días: libros, material escolar, ropa para los peques que ya no les vale, cuotas de academias, comedor, gasolina si toca volver al trabajo presencial…
En Cartagena, donde muchas familias viven de actividades vinculadas al turismo o sectores con ingresos estacionales, el final del verano puede significar un bajón brusco de ingresos. Y si a eso le sumamos la inflación y el alza de precios en suministros o alimentación, el panorama se complica.
¿Cuándo puede tener sentido pedir un préstamo personal?
Un préstamo personal no debe ser la primera opción, pero tampoco el enemigo. La clave está en usarlo con cabeza.
En España, según el Banco de España, más del 30% de las familias ha recurrido alguna vez a un préstamo para cubrir gastos imprevistos o estacionales. En Cartagena, esta cifra se mantiene, sobre todo en los barrios donde los ingresos son más variables.
Pedir un préstamo personal puede tener sentido si:
● Has calculado con antelación tu capacidad de devolución mensual.
● No tienes otras deudas activas que estén generando intereses altos.
● Estás evitando utilizar tarjetas de crédito, que suelen tener intereses aún mayores.
● El préstamo cubre una necesidad concreta, como los gastos de la vuelta al cole o una reparación urgente en casa.
Pero cuidado, no todos los préstamos son iguales. Existen opciones razonables y otras que pueden arrastrarte a un bucle peligroso. Por eso, conviene revisar sitios web como este comparador de préstamos personales antes de decidir.
Consejos para que septiembre no te arrastre financieramente
No hay varitas mágicas, pero sí algunas prácticas que pueden aliviar el golpe económico:
● Si puedes, empieza a ahorrar para septiembre desde junio. Una pequeña cantidad semanal hace diferencia.
● Compra de segunda mano. Libros de texto o material escolar en buen estado pueden encontrarse fácilmente en grupos vecinales o apps locales.
● Revisa tus suscripciones: plataformas de streaming, gimnasios, servicios duplicados… quizá hay gastos mensuales que ni recuerdas.
● Si decides solicitar un préstamo, hazlo con entidades de confianza y compara las condiciones antes de firmar nada.
● Evita financiar con tarjetas de crédito. Los intereses suelen ser mucho más altos que los de un préstamo personal.
Responsabilidad y visión a largo plazo
Pedir un préstamo para salir del paso en septiembre puede ser útil si se hace con responsabilidad. Pero convertirlo en una rutina cada año es una señal de alerta. Tal vez es momento de replantear la gestión del presupuesto familiar o buscar ingresos adicionales estacionales.
La clave está en no tomar decisiones apresuradas, informarte bien y pensar en tu estabilidad más allá del corto plazo. Porque, con cabeza, los préstamos personales pueden ser una herramienta, no una trampa.