Bahía de Portman

                                   

La regulación de los juegos de azar online: de la prohibición al control

El juego online ha experimentado un crecimiento exponencial desde principios de siglo. Sin embargo, la legislación al respecto no ha seguido el mismo ritmo. Durante años, en muchos países las apuestas por internet existían en un limbo legal, sin estar claramente permitidas pero tampoco explícitamente prohibidas. Esta situación ha ido evolucionando progresivamente hacia una regulación específica del sector, aunque con enormes diferencias entre unos Estados y otros.



De la prohibición absoluta a la legalización total

Inicialmente, la postura predominante fue la ilegalización de cualquier forma de juego online en Admiralbet España. Así ocurrió en la mayor parte de Latinoamérica, donde los gobiernos optaron por ampliar las restricciones existentes sobre el juego presencial al ámbito digital.

Esta política, sin embargo, demostró ser ineficaz: las páginas de apuestas alojadas en paraísos fiscales seguían operando y los usuarios podían acceder a ellas sin problemas. Ante este fracaso, desde 2010 aproximadamente países como Colombia, México o Argentina han ido cambiando su legislación para permitir operadores con licencia.

Situación por países

En Europa, mientras tanto, tras algunos años de vacío legal, la tendencia ha sido justo la contraria: partir de una liberalización total del sector para luego ir imponiendo restricciones. Es el caso de España, pionera en regular las apuestas online en 2011, o más recientemente de Suecia, que en 2019 revocó las licencias de los principales operadores internacionales.

Los retos de la regulación

La legalización de las apuestas digitales no está exenta de controversias. Los responsables políticos debaten cómo encontrar el equilibrio entre proteger a la ciudadanía y fomentar la actividad económica y la recaudación fiscal que este mercado genera. Entre los principales puntos de fricción destacan:

Publicidad y ludopatía

Uno de los temas más espinosos es el de la publicidad del juego de azar, especialmente por su impacto en los sectores más vulnerables y en la ludopatía. Distintos estudios alertan del aumento de la adicción al juego entre adolescentes y jóvenes expuestos al aluvión de anuncios en redes sociales y medios digitales. ¿Hasta qué punto deben limitarse para proteger a la sociedad?

Ante esta disyuntiva, Italia optó en 2018 por vetar cualquier tipo de publicidad, mientras que España está tramitando actualmente una nueva legislación que la restringiría drásticamente.

Recaudación fiscal

Otra arista importante del debate es la pérdida de ingresos fiscales que supone no regular el sector, dados los cuantiosos beneficios que mueve. Sólo en 2025, se estima que el mercado latinoamericano de apuestas online alcanzará los $8.500 millones de dólares. ¿Pueden los Estados renunciar a gravar esta actividad?

Argentina, tras calcular las pérdidas por no taxar las apuestas digitales, se decantó claramente por la legalización. En cambio, Chile ha preferido anteponer la protección social: su regulación es bastante restrictiva e incluye medidas como el autoexilio voluntario para ludópatas o el acceso biométrico para verificar la identidad y mayoría de edad del usuario.

Conclusión

En definitiva, la irrupción de las nuevas tecnologías ha obligado a los gobiernos de todo el mundo a adaptar las normativas sobre juegos de azar para afrontar los retos específicos del entorno digital. La mayoría de países han optado por abandonar la prohibición y legalizar el sector bajo supervisión estatal, aunque no existe un consenso claro sobre cómo lograr un equilibrio óptimo entre seguridad, derechos y libertades.

Lo que sí parece evidente es que, en una sociedad hiperconectada como la actual, la regulación resulta imprescindible para garantizar la protección de los usuarios más vulnerables frente a los excesos de un mercado que, como el del juego online, puede ser especialmente agresivo.

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