Bahía de Portman

                                   

Por la bahía en la bahía

La oposición al sellado y la exigencia de una justa regeneración ha llegado hoy al epicentro de su área de actuación con cuatrocientas personas que han soportado las altas temperaturas en pos de que el Estado se decida en subsanar la deuda histórica que tiene con este enclave, víctima del mayor desastre ecológico en la historia del Mediterráneo.



Desde 1957 hasta 1990 estuvieron echándose vertidos de minerales a la bahía y desde el mismo día en que fueron interrumpidos, los representantes del gobierno de España comenzaron a anunciar la regeneración. Han pasado 35 años, dos más que el tiempo en que el mar estuvo recibiendo estériles, y seguimos igual o peor, cuando ahora el Estado apuesta de forma pública ("sí o sí" dijo Hugo Morán, secretario de estado del Miteco) por el sellado. A raíz de ese anuncio, las protestas se están sucediendo, habiendo sido los escenarios la ciudad de La Unión, Madrid y ahora Portmán, con el propósito de expresar la oposición popular a ese encapsulamiento, pues la oposición burocrática va por otro camino. Sin embargo, considero que siguen faltando asistentes.


Esta mañana han sido cerca de cuatrocientas las personas que han participado, en algún momento, en la concentración que ha tenido lugar ante el club náutico y en la posterior 'cadena humana' en la orilla de la playa de San Bruno y eso que esta vez al llamamiento de asociaciones locales y colectivos ecologistas se habían sumado todos los partidos políticos de La Unión y la federación vecinal de la comarca.

Aunque es cierto que hemos tenido la mañana más calurosa de lo que llevamos de año, lo que, sin duda, habrá afectado, también ha sido obvio que ha faltado poder de convocatoria de todos los aludidos antes y que existe un desánimo generalizado en la población por tantas promesas incumplidos y ausencia de una auténtica voluntad política en tantos años. Después de la concentración, hemos tenido ocasión de hablar con algunas personas que no han acudido y su comentario era similar: "¿Para qué voy a ir si al final los políticos no van a hacer nada?". En tres casos se trataba de unionenses que tiempo atrás acudieron a estos llamamientos y que han terminado, como tantos, perdiendo la fe.

 
Hemos vistos al presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos 'Fernando Garrido' y a la presidenta de Los Nietos, entre otros del vecino municipio de Cartagena, y, en el aspecto político, al alcalde de La Unión, Joaquín Zapata, y gran parte de su equipo de gobierno local al igual que a ediles de PSOE, VOX y DLU, entre otros afiliados, pero también hemos echado en falta presencia de políticos regionales, dando la sensación de que se trata de un problema más localizado que autonómico, cuando no debería ser así. Sí hemos visto a Pedro Antonio Ríos, ahora expolítico, quien en su día fue director general de Costas del gobierno socialista en España, y a representantes de Podemos La Unión. 


Sin embargo, una vez expuesto ese lamento numérico, hay que centrarse en valorar el esfuerzo llevado a cabo por cerca de cuatrocientas almas, que sí representan un sentimiento generalizado, y que han acudido pese a las altas temperaturas y renunciando a las numerosas propuestas de ocio que tenían este domingo en diferentes lugares. 


La llegada hacia la explanada del club náutico ha estado animada por una batucada y en ese lugar se ha llevado a cabo la primera concentración y las declaraciones públicas por parte de la Liga de Vecinos, primero con Daniel Portero, su presidente, y después con su secretaria, María García Pérez, que ofrecemos en un artículo propio. Por su parte, el alcalde ha ofrecido declaraciones a la televisión autonómica. Todos los comentarios van en la misma línea de, a base de buenos argumentos, rechazar el sellado y exigir la regeneración. 


Después, los presentes hemos marchado hacia la playa de San Bruno en el veinte aniversario de cuando otra concentración de personas formó la frase 'No al sellado' sobre la arena. Esta vez se ha formado una cadena delante de la cual lucía diversas pancartas alusivas. Por detrás, en el mar ha estado el barco de ANSE (Asociación Naturalista del Sureste). 



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