"¿Qué fue de los supositorios?"
Es una de las cuestiones planteadas en la humorística noche de los monólogos de las Fiestas del Rosario, que atrajo a más de ochocientos chicos, chicas, "chiques, chiques de fresa, chiques de menta...". Otro misterio a resolver, pero que en este caso causa , especialmente, extrañeza: "¿Por qué el presidente de Turquía es calvo?".
Llegar a La Unión tiene su 'cosa', pues al principio da buenas sensaciones ver el letrero 'La Esperanza', pero todo se viene abajo enseguida al pasar junto al cementerio. Fue una de las alusiones a esta tierra que se pudo escuchar anoche desde el escenario del Mercado Antiguo, al igual que situaciones conocidas por estos lares, como lo extraño que es que tener un cuartel de la Guardia Civil que esté cerrado todas las tardes y los fines de semana o el problema de aparcamiento, "en La Manga he tenido que dejar el coche". Esto lo dijo 'Miki Dkai', mientras que lo antes mentado lo lanzó 'Eva y Qué'. Ambos también se refirieron a la belleza del alcalde de la capital de la Sierra Minera. Ella afirmó que tiene "un golpe, una siesta larga", mientras que él lo llamó "el joven Pedro Sánchez". Joaquín Zapata, desde la caseta de su peña, Virgen del Rosario, se lo tomaba con humor, aunque lo segundo, al ser 'pepero', no lo podría asegurar.
Fue una noche muy simpática con los dos humoristas nombrados más 'Luci Mendoza'. Se ocuparon las quinientas sillas que puso el ayuntamiento, siendo muchos los que presenciaron el espectáculo de pie o, en el caso de bastantes peñistas, cenando en sus recintos de fiestas. "¿Tenéis ganas de pasarlo bien o habéis venido en pareja?", pregunto al respetable Eva, una jienense de altura y buen pecho ("no me compro los sujetados con copa, sino con barra libre") y a la que no le gusta nada el esfuerzo ("Soy mujer para ahorrarme hasta tocarme los huevos"), pero que tuvo una estupenda interactividad con los espectadores. También preguntó quién tiene "un cuñado gilipoyas". Hubo respuestas variadas. "Quien no lo tenga que se lo mire pues quizás el 'cuñado gilipoyas' sea él...", dijo sembrando la duda.
Luci fue quien lanzó la pregunta de aquellos supositorios tan habituales no hace muchas décadas y de los que no se sabe nada en los últimos años. ¿Qué ha pasado? No se sabe, como tampoco por qué las visitas al urólogo no hayan, salvo en el guante, evolucionado con el paso del tiempo. Otra duda es qué habría sucedido si el confinamiento pandémico hubiese pillado en aquellos tiempos de dos canales de televisión y un teléfono de rueda para marcar. "Ahora hasta da gusto que te encierren", expresó.
"Un 'enterao', al principio de la pandemia, me dijo que tuviese cuidado en llamar a mi madre por teléfono por si la contagiaba. Yo lo que hice fue llamar a mi suegra, pero nada, que no me lo cogía... Ahora, si lo llegar a hacer me da algo, pues llevaba tiempo muerta".
Este último relato es de Miki, quien dejó claro que le gusta "tocar los cojones, pero con respeto". Se refirió a la forma de hablar de los murcianos: "Gracias a vosotros parece que los andaluces vocalizamos", afirmó, además de apuntar que nos ponen subtítulos en la pantalla para entender lo que decimos. Dijo que las personas que van cumpliendo años son como Telecinco, "se les acumula la mierda", y lanzó una cuestión chocante, pues en Turquía, país donde muchos van a poner pelo, "¡Su presidente es calvo!, vaya márketing".
Entre los tres hicieron comentarios sobre mil y un temas más (políticos, catalanes, veganos, educación, salir de marcha, etc.), pero hubo una situación que a ellos mismos extrañó. Durante la velada, en diferentes ocasiones y a través de distintos monologuistas, se preguntó si entre el público había algún guardia civil, algún urólogo, algún farmacéutico... Nadie apareció. "¿Es que aquí no trabaja nadie?", se cuestionó Luci.