Olvidados por la historia: La Orquesta ‘Serenata satírico-política bailable’
El inconmensurable crecimiento que experimentó La Unión durante sus primeros años de vida no se limitó únicamente a la pujante actividad minera y los distintos movimientos demográficos que vivió la población. El ámbito cultural también se vio beneficiado de este rápido crecimiento, siendo ‘La Orquesta’ un claro ejemplo del boom periodístico que vivió la recién creada localidad a finales del siglo XIX.
Aunque sería la cabera El Faro Unionense (1871) quien diera el pistoletazo de salida a la práctica periodística en la localidad, habría que esperar casi una década para que dieran comienzo los años dorados de la prensa unionense. Sería con la llegada de los liberales al poder, cuando la prensa local experimentaría su mayor desarrollo.
La ley de Imprenta y Policía de 1883 concedió una mayor libertad de prensa, concesión que se tradujo en el resurgir de las cabeceras republicanas y satíricas. Ambos géneros contarían con distintas cabeceras en La Unión como es el caso de El 11 de febrero, el 1 de mayo o El Progreso. Sin embargo, habría que esperar hasta el año 1891 para que una cabecera local reuniera las características de ambos géneros.
El 5 de abril de 1891 vería la luz el semanario, en su origen satírico, titulado La Orquesta. Bajo la dirección de Franchesco Gonzalini (pseudónimo empleado por Francisco González Gómez durante la etapa satírica de la publicación) la publicación serviría de instrumento crítico tanto a nivel político como costumbrista. Para ello, la editorial se serviría de todos los instrumentos a su alcance (viñetas, caricaturas, sonetos...), no solo para amplificar sus críticas sino también para llegar a un mayor número de lectores.
Puntualizar que la publicación haría uso de un lenguaje propio del ámbito musical para realizar sus críticas de la manera más satírica y burlona posible. Por otro lado, mencionar la inclusión de distintas viñetas siendo las más destacadas las realizadas por el celebré ilustrador español Francisco Ramón Cilla.
Con la llegada del año 1892 La Orquesta sufrirá una transformación en sus cometidos, pues pasará a ser el órgano oficial del Partido Republicano-Progresista de La Unión. Los cambios no se producirían únicamente a nivel editorial, sino que la cabecera y estructura de la publicación también se vieron modificadas al inicio de esta segunda etapa.
La publicación seguirá bajo la dirección de Francisco González Gómez, quien alternaría las funciones de farmacéutico con las de periodista. De hecho, González Gómez estuvo ligado a varias publicaciones de signo republicano siendo algunas de ellas El Progreso o el 11 de febrero. Mencionar también su faceta política, pues fue un miembro ilustre del Partido Republicano-Progresista de la localidad.
En lo que respecta a la publicación, se produce una pérdida del lenguaje satírico y una reducción considerable de elementos iconográficos. Tras desprenderse de este lenguaje burlón, la publicación no esconderá su principal objetivo: ensanchar la base electoral del republicanismo, tanto a nivel local como nacional.
Sin embargo, la publicación sufrirá varios episodios de censura siendo los más destacados el realizado por el Gobernador Civil de Murcia, el Sr. LaPaliza y el encabezado por el órgano conservador y financiado por la Diócesis de Cartagena, La Enseñanza Católica. En ambos casos, la cabecera continua con su publicación de manera inalterable.
Aunque estas no fueron las únicas disputas que mantuvo La Orquesta con la prensa, tanto a nivel regional como local. El órgano conservador local El Cartero de la Sierra (1891) financiado y creado por José Maestre fue el principal objetivo de sus críticas durante su etapa satírica. El Palenque (1890) o La Luz de Mazarrón fueron otras de las publicaciones con las que mantuvo cierta rivalidad ideológica.
Finalmente, el 31 de diciembre de 1893 se publicaba el último número de La Orquesta, más concretamente el número 127. Tras la celebración de una reunión del Partido Republicano de La Unión se acordó la creación de un nuevo órgano de comunicación bajo la dirección del Sr. González Gómez.
Ante esta decisión, se optó por poner fin a La Orquesta y dar paso a la publicación de un nuevo proyecto titulado El Popular. De esta manera, volvía a suceder algo similar a lo ocurrido en 1886 con el periódico El Progreso. Esta publicación fue clausurada, tras ser acordado por los comités de los partidos posibilista, federalista y progresista la publicación de un diario común denominado El 11 de febrero.
De esta manera, se ponía fin al semanario, inicialmente satírico y, posteriormente, republicano, La Orquesta. Una publicación que, no solo contribuyó a ensanchar la base electoral del republicanismo, fomentó la creación de instituciones locales como la Cocina Económica. Por ende, la prensa unionense no solo es un reflejo de la sociedad de la época sino que también fue un instrumento fundamental para el desarrollo y consolidación de la localidad.
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